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¿ES PARA CRISTIANOS LA

OBSERVANCIA DEL SÁBADO?

Usted podrá contestar sí o no, pero cualquiera que sea su respuesta,

le resultará interesante leer el contenido  de este tratado, donde

aparecen, en forma alternada, los dos criterios opuestos.

 

 

INTRODUCCIÓN

 

   En el año 1961, en una revista de gran circulación internacional, fue publicado un artículo titulado: “¿Es para Cristianos la Observancia del Sábado?”, en donde el autor primeramente se declara en contra de la santificación del domingo, y luego hace lo mismo en contra de la santificación del séptimo día, pues su opinión es que los cristianos estamos desobligados de la observancia de un día de descanso semanal.

 

   Por el año 1966, estando en la U.M.A.P., llegó a mis manos una copia de ese artículo; y allí, donde los soldados castristas hacían frecuentes requisas y destruían cualquier literatura religiosa que encontraran, yo pude escribir mis puntos de vista contrarios a los argumentos del artículo citado, y el Señor me concedió preservar mis escritos.

 

   En las páginas siguientes aparece la reproducción completa de “¿Es Para Cristianos la Observancia del Sábado?”, y también, en forma intercalada, lo que escribí para refutarlo. Después de comparar las dos exposiciones, el lector se sentirá más seguro para contestar por sí mismo la pregunta que encabeza este artículo.

 

B. Luis

   

Aunque la refutación fue preparada en el año 1966, después ha sido mejorada, y aquí aparece como fue publicada por el MinEd. en 1995.

 

_____________________________________________________________

 

 

¿ES  PARA  CRISTIANOS

 LA  OBSERVANCIA  DEL  SÁBADO

 

La copia del artículo aparece en este tipo y tamaño de letras, en color rojo.

La refutación aparece en este otro tipo y tamaño de letras, en color blanco.

 

   En 1610, en lo que es ahora los Estados Unidos de la América del Norte, uno podía ser azotado por quebrantar una ley del descanso dominical. En 1961 a los hombres todavía se les puede arrestar y castigar en algunas comunidades por esta causa. Gente religiosa de buenas intenciones ha hecho que se promulgaran tales leyes porque ha creído sinceramente que la observancia del día domingo es un requisito fundamental del cristianismo. La legislación dominical, sin embargo, se originó en el Imperio Romano hace más de dieciséis siglos. Según Clark’s Biblical Law, comenzó cuando “Constantino el Grande promulgó un edicto mandando que todos los jueces y habitantes de las ciudades descansaran en el día venerable del Sol.” Puesto que este primer día de la semana era el día que los romanos paganos dedicaban a la adoración del Sol, ¿por qué lo observan personas que afirman ser cristianas como día de descanso y santo?

 

DÍA DEL SEÑOR

   Cuando se les arrostra con el hecho de que el domingo fue un día santo para los adoradores de Mithra, personas que creen que el domingo es el día santificado del cristiano suelen negar que el día fuese adoptado de los paganos. Lo que afirman es que este primer día de la semana es el «día del Señor» porque ese fue el día en que Jesús fue resucitado. Creen que los cristianos deberían observar ese día para conmemorar ese maravilloso acontecimiento. Arguyen que puesto que los apóstoles estaban reunidos el día de la resurrección de Jesús, el cual era domingo, y una semana más tarde en el mismo día, eso prueba que estaban observando el primer día de la semana como día de reposo cristiano. -Juan 20:19.

   Pero, ¿constituye ésta una conclusión verdaderamente sólida? ¿No era cosa natural el que los discípulos de Jesús se reunieran después de oír acerca de su resurrección? ¿No es razonable que ellos querrían juntarse y considerarla? Si Jesús hubiese tenido la intención de que comenzaran a observar ese día como descanso para conmemorar su resurrección, ¿por qué no dijo algo acerca de ello cuando personalmente se presentó en la reunión de ellos ese día? Ese hubiera sido el tiempo y ocasión oportunos para que él mandara la observancia dominical de parte de los cristianos si Dios lo requiriese de ellos, pero no hay nada en la Biblia que indique que él haya dicho cosa alguna acerca de ello.

   Esa reunión se celebró tarde en el día, y se nos dice que «ocho días después sus discípulos de nuevo estaban dentro.» (Juan 20:26). Asumamos que la cuenta comenzase en día domingo para que los ocho días terminaran en el domingo siguiente. ¿Quiere decir esto que los discípulos no celebraron reunión alguna entre estos dos días? En vista de los acontecimientos trascendentales que acababan de llevarse a cabo es sumamente irrazonable concluir que ellos esperaran una semana entera antes de volver a reunirse. De manera que la mera mención de que los discípulos se reunieron el primer día de la semana cuando Jesús fue resucitado y una semana más tarde ese mismo día no prueba la observancia de ese día, ni tampoco lo prueba la presencia de Jesús con ellos en esa ocasión. Tome nota de que fue en un día de semana que él estuvo presente con ellos en otra reunión cuarenta días después de su resurrección, ocasión en la cual él ascendió a su Padre.- Hech. 1: 3, 6.

   Lo escrito en Hechos 20:7 y 1 Corintios 16:2 se usa por los dominicales para probar que los apóstoles reconocían el primer día de la semana como día santificado. El primer pasaje habla acerca de que Pablo y algunos cristianos de Troas se sirvieron una comida juntos en ese día. Puesto que Jesús no dio a sus seguidores instrucciones de reunirse en el primer día de la semana como observancia regular de ese día, tenemos que concluir que la reunión de cristianos en Troas en el primer día de la semana no fue en observancia del domingo como día de reposo, sino que fue para compañerismo cristiano en una comida porque Pablo partía el día siguiente para Asón.

   El pasaje de 1 Corintios 16:2 declara: “Todo primer día de la semana que cada uno de ustedes en su propia casa ponga algo aparte en reserva a medida que vaya prosperando, para que cuando yo llegue no se hagan colectas entonces.” ¿Cómo prueba que los corintios lo observaban como día de reunión el hecho de que se les dijera que apartaran contribuciones en el primer día de la semana? Las contribuciones se apartaban en casa, no en un lugar de reuniones.  El primer día de la semana, antes de que gastos de la semana redujeran sus fondos, sería el tiempo lógico para apartar una contribución. Eso también sería mejor que el esperar hasta el último minuto antes de la llegada de Pablo para reunir algo apresuradamente. Así es que la evidencia señala una presuposición económica personal de parte de los corintios y no una observancia dominical.

   El guardar el domingo como día de culto y descanso para conmemorar la resurrección de Jesús carece por completo de apoyo bíblico. Lo mismo puede decirse acerca de cualquier comparación que se hiciera entre ello y la observancia del día séptimo que se menciona en los Diez Mandamientos. Note lo que dice The Popular and Critical Bible Encyclopedia en cuanto a esto: «No hallamos ni el más mínimo indicio de una ley o edicto apostólico instituyendo la observancia del ‘día del Señor’; ni hay en las Escrituras ninguna insinuación de que éste sustituyera al sábado judío.» Puesto que se carece por completo de evidencia bíblica a favor de la observancia del domingo por los cristianos, tenemos que concluir que fue inspirado por la influencia de adoradores paganos del Sol.

 

OBSERVANCIA DEL SÉPTIMO DÍA

   Ya que la observancia del domingo como descanso no se manda y ni siquiera se sugiere por las Escrituras, ¿qué hay del sábado? ¿Se requiere de los cristianos que lo guarden como día de descanso sabático en vista del hecho de que es el séptimo día mencionado en el cuarto de los Diez Mandamientos?

   Aunque el cuarto mandamiento manda que se observe el séptimo día como descanso sabático, hay que tener presente que los Diez Mandamientos eran parte de la ley que se dio a la nación de Israel en el monte Sinaí.  Este pacto de ley no fue dado a ningún otro pueblo, y respecto a la observancia del sábado contenida en él, Moisés dijo: “Debes recordar que llegaste a ser esclavo en la tierra de Egipto y Jehová tu Dios procedió a sacarte de allí con mano fuerte y brazo extendido. Por eso Jehová tu Dios te mandó que lleves a cabo el día sabático.” (Deu. 5:15) El sábado se dio a los israelitas para conmemorar su liberación y para servir como señal de su relación de estar en pacto con Dios. (Éxo. 31:16, 17) Eso no puede decirse de los cristianos.

           

Las citas bíblicas usadas en la refutación son tomadas de la versión Reina-Valera 1909.

Las palabras que aparecen  entre corchetes [  ] son añadidas para mayor claridad del texto.

 

            No es verdad que el sábado fue hecho solamente para los israelitas. El sábado fue instituido desde la misma creación del mundo, antes que hubiesen israelitas, antes que hubiese pecado en la tierra.

 

  “Y acabó Dios en el día séptimo su obra que hizo, y reposó el día séptimo de toda su obra que había hecho. Y bendijo Dios al día séptimo, y santificólo, porque en él reposó de toda su obra que había Dios criado y hecho.” Gén.2:2 y 3 .

 

 

            Prueba de que fue hecho para todos los hombres y no solamente para un pueblo, son las siguientes palabras de Jesús:

 

   “El sábado por causa del hombre es hecho; no el hombre por causa del sábado. Así que el Hijo del hombre es Señor aun del sábado.” Mr.2:27.

 

 

 

                        Si en el tiempo en que los israelitas fueron fieles no se ordenó guardar el sábado a las demás naciones, fue por lo mismo que no se les ordenó guardar ningún otro mandamiento, porque los gentiles no teníamos parte con Dios.

            Cuando se le dieron las leyes a la nación de Israel no se estaba instituyendo el sábado, sino recordando algo que había sido instituido desde el principio.  Por eso dice el mandamiento:

 

   Acordarte has del día de reposo para santificarlo.” Éxo.20:8.

 

                        Tampoco es cierto que el sábado se le diera a Israel sólo para conmemorar la salida de la esclavitud. En Éxo.20:11 dice que hay otro motivo por el que se debe reposar: «Porque Jehováh lo reposó, lo bendijo y lo santificó».

 

 

   Los cristianos no están bajo el pacto de la ley, porque Cristo cumplió esa ley cuando murió en el madero de tormento. “Porque Cristo es el fin de la Ley.” (Rom. 10: 4).

 

            Es cierto que los cristianos no estamos bajo el pacto antiguo, sino en un nuevo pacto. El pacto antiguo tenía los Diez Mandamientos escritos por Dios en tablas de piedra,  y además tenía otras leyes escritas por Moisés en un libro.  La mayor parte de las leyes escritas por Moisés  eran relativas al culto (ceremoniales), o sea, relativas al modo provisional de obtener perdón con miras al futuro sacrificio de Cristo; otras eran una ampliación del Decálogo, y otras más eran leyes civiles y sanitarias.

            El Nuevo Pacto no contiene todas las leyes que contenía el Antiguo, pero sí contiene algunas de ellas, especialmente las que fueron escritas por el dedo de Dios en tablas de piedra, con la diferencia que ahora están escritas en el corazón del creyente por medio del Espíritu de Dios.

 

   “Mas este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehováh: Daré mi ley [no otra, sino la misma] en sus entrañas, y escribirélas en sus corazones; y seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.” Jer.31:33.

 

   No hay justificación alguna en las Escrituras para separar los Diez Mandamientos del resto del pacto de la ley y alegar que Jesús no le puso fin sino que es obligatorio sobre los cristianos. El apóstol Pablo escribió extensísimamente acerca del pacto de la ley y de como se le puso fin, pero no se dijo ni una palabra en el sentido de que los Diez Mandamientos fueran una ley moral separada que sea eternamente obligatoria y que el resto de la ley sea una ley ceremonial que terminó.

 

            Sí hay pruebas en las Escrituras para hacer diferencia entre los Diez Mandamientos y el resto de las leyes del Viejo Pacto. Los Diez Mandamientos fueron promulgados por Dios mismo (con su propia voz) a oídos del pueblo; en cambio, las otras leyes Dios se las reveló a Moisés para que éste las declarara al pueblo.

            Los Diez Mandamientos fueron escritos por el propio dedo de Dios, en dos tablas de piedra; las otras leyes fueron escritas por Moisés en un libro.

            Dios ordenó que las tablas de piedra conteniendo los Diez Mandamientos fueran colocadas dentro del Arca de la Alianza; el mismo Dios ordenó que el libro que contenía las otras leyes fuera colocado al lado del Arca.

 

   “Y habló Jehováh con vosotros de en medio del fuego: oísteis la voz de sus palabras, mas a excepción de oír la voz, ninguna figura visteis: y Él os anunció su pacto, el cual os mandó poner por obra, las diez palabras; y escribiólas en dos tablas de piedra.” Deut.4:12 y 13.

   “Y [Jehováh] dio a Moisés, como acabó de hablar con él en el monte de Sinaí, dos tablas del testimonio, tablas de piedra escritas con el dedo de Dios.” Éxo.31:18.

   Y descendí del monte, y puse las tablas en el arca [dentro] que había hecho; y allí están, como Jehováh me mandó.” Deut.10:5.

   “Y como acabó Moisés de escribir las palabras de esta [otra] ley en un libro hasta concluirse, mandó  Moisés a los levitas que llevaban el arca del pacto de Jehováh, diciendo: Tomad este libro de la ley y ponedlo al lado del arca del pacto de Jehováh vuestro Dios...” Deut.31:24-26.

 

                        Además, la Biblia no se contradice a sí misma, y si unas veces habla de ley eterna y otras de ley temporal; unas veces habla de ley perfecta y otras de ley que nada perfecciona; unas veces se refiere a ley abolida y otras a ley en vigor, es lógico pensar que se refiere a distintos tipos de leyes, de lo contrario la Biblia se contradeciría.  San Pablo dice claramente en Efe.2:14 y 15 que la ley fue abolida en orden a ritos, y en Rom.3:31 dice que establece la ley, así que él sabía hacer diferencia entre una y otras.

 

   No penséis que he venido para abrogar la ley... Porque de cierto os digo, que hasta que perezca el cielo y la tierra, ni una jota ni un tilde perecerá de la ley, hasta que todas las cosas sean hechas.” Mat.5:17 y 18.

   “Empero más fácil cosa es pasar el cielo y la tierra que frustrarse un tilde de la ley.” Luc.16:17.

   “¿Pues de qué sirve la ley [la temporal]? fue puesta por causa de las rebeliones,  hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa, ordenada aquella por los ángeles en la mano de un mediador.” Gál.3:19. (No puede decirse eso de la ley eterna, la escrita por la mano de Dios)

   La ley de Jehováh es perfecta, que vuelve el alma”. Sal.19:7.

   “Mas el que hubiere mirado atentamente en la perfecta ley, que es la de la libertad, y perseverado en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, este tal será bienaventurado en su hecho”. Sant.1:25.

   “El mandamiento precedente, cierto se abroga por su flaqueza e inutilidad; porque nada perfeccionó la ley...” Heb.7:18-19.

 

   “¿Luego deshacemos la ley por la fe? En ninguna manera; antes establecemos la ley.” Rom.3:31.

   Dirimiendo en su carne... la ley de los mandamientos en orden a ritos.” Efe.2:15.

 

   En Romanos 7:6 él declara que los cristianos están «desligados de la Ley,» y en el siguiente versículo se refiere al décimo mandamiento sin dar indicio alguno de que él lo considerase como una ley separada. Luego en el capítulo trece de Romanos él menciona varios mandamientos del Decálogo y señala que todos ellos se cumplen por medio del nuevo mandamiento que Jesús dio de que «se amen los unos a los otros.» Rom. 13:9, 10; Juan 13:34; Mat. 22:39, 40.

 

            Cuando Pablo hace resumen de algunos mandamientos en el amor, no quiere decir que amando se pueden violar tales mandamientos, sino que el conjunto de todos los mandamientos se resume en uno solo, que es: «AMAR».  Los primeros cuatro mandamientos del Decálogo se resumen en: «amar a Dios sobre todas las cosas», y los otros seis en: «amar al prójimo como a sí mismo». Quien infringe uno de los primeros cuatro mandamientos, demuestra que no ama a Dios como le debe amar; quien infringe uno de los otros seis, demuestra que no ama mucho a su prójimo. Jesús estableció la igualdad entre el amor y la obediencia cuando dijo:

   “Si me amáis, guardad mis mandamientos Jn.14:15.

   “El que tiene mis mandamientos y los guarda, aquél es el que me ama.” Jn.14:21.

  “El que me ama, mi palabra guardará.” Jn.14:23.

   “En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos. Porque este es el amor de Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son penosos”. 1Jn.5:2-3.

  

 Podría notarse también que en el sermón del monte Jesús cita de los Diez Mandamientos así como del resto de la Ley sin hacer distinción alguna entre ellos. Mat. 5:21-44.

   El hecho de que Jesús haya guardado el sábado no significa que puso el ejemplo para que lo guardaran los cristianos. Era menester que él lo guardase porque nació bajo el pacto de la ley, y hasta que la cumpliera mediante su muerte de sacrificio estaba obligado a guardar toda la Ley. Si los cristianos hubiesen de guardar el sábado porque él lo hizo, entonces también habrían de guardar toda la Ley como él lo hizo, y sabemos por medio de las Escrituras que esto no se requiere de los cristianos.

 

            El hecho de que Jesús guardara el sábado sí significa que puso el ejemplo para que los cristianos lo guardemos. Él dijo:

 

   “...aprended de mí.” Mat.11:29.

   “Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis.” Jn.14:15.

 

            No dicen las Escrituras que Jesús hiciera o mandara hacer alguno de los ritos de la ley temporal. Si fue circuncidado, eso fue obra de sus padres y no suya; si ordenó a los leprosos mostrarse a los sacerdotes y ofrecer el presente que mandó Moisés, dejó aclarado que era para testimonio a ellos, no porque creyera necesario que los cristianos hagamos cosas semejantes. En cambio, cuando Jesús guardaba el sábado, no lo hacía para dar un cumplido ante los judíos, sino porque era su costumbre guardarlo, y es bueno seguir las costumbres del Maestro.

 

   “Y [Jesús] vino a Nazaret, donde había sido criado; y entró, conforme a su costumbre, el día del sábado en la sinagoga, y se levantó a leer. Y descendió a Capernaum, ciudad de Galilea. Y los enseñaba en los sábados.” Luc.4:16, 31.

 

CRISTIANOS PRIMITIVOS

   No hay expresión explícita alguna en las Escrituras que diga que los cristianos, después del Pentecostés, siguieran guardando el séptimo día de la semana como sábado. Algunas personas tal vez señalen las ocasiones registradas en el libro de los Hechos en que el apóstol Pablo entraba en las sinagogas en el día sabático, pero ¿cómo prueba esto que él estaba observando el sábado? Si él iba a la sinagoga en obediencia a la ley sabática que requería que los judíos celebraran en ese día una asamblea santa, ¿no estaría indicando él que estaba todavía bajo la Ley? Por otra parte, si estaba guardando el sábado, no como judío, sino como cristiano, ¿no parece extraño que él escogiera reunirse con los que no creían en Cristo más bien que con compañeros cristianos?

   El motivo de Pablo al ir a la sinagoga en los días sabáticos no era que estuviese guardando el sábado, sino que él sabía que allí era donde podía predicar las buenas nuevas acerca del reino de Dios y del Hijo de Dios a un número grande de judíos. Por eso en Hechos 17:1, 2, hallamos a Pablo cumpliendo su comisión en el ministerio cristiano más bien que observando el sábado en compañía de personas que aún se consideraban obligadas a la ley mosaica. “De manera que según la costumbre de Pablo pasó adentro a ellos, y por tres sábados razonó con ellos apoyado en las Escrituras.”

 

            Después de la muerte del Señor, sus seguidores continuaron guardando el sábado, cosa que no hubieran hecho si Jesús hubiera enseñado que no debía guardarse después de su muerte.

 

   “Y las mujeres que con Él habían venido de Galilea, siguieron también, y vieron el sepulcro, y como fue puesto su cuerpo. Y vueltas, aparejaron drogas aromáticas y ungüentos; y reposaron el sábado conforme al mandamiento.” Luc.23:55-56.

   “Y Pablo, como acostumbraba, entró a ellos, y por tres sábados disputó con ellos de las Escrituras.” Hech.17:2.

   “Y disputaba en la sinagoga todos los sábados, y persuadía a judíos y a griegos.”  Hech.18:4.

 

            El libro de los Hechos demuestra que los cristianos sí guardaban el sábado después del Pentecostés. No tiene buen fundamento la afirmación de que Pablo frecuentaba las sinagogas en sábado solamente para aprovechar la ocasión de predicar en la reunión. En Hech.16:13 dice que en Filipos, donde al parecer no había sinagoga, un sábado Pablo y sus compañeros salieron de la ciudad y se reunieron junto a un río próximo, donde había un lugar propio para orar. Allí celebraron un servicio religioso y se les reunieron algunas mujeres, una de las cuales fue convertida por la predicación de ese día.

            Si Pablo hubiese creído que ya no era necesario guardar el sábado, él mismo habría dejado de guardarlo, y en sus prédicas así lo habría manifestado, de modo que las grandes oposiciones de los judíos hubieran sido motivadas por ello; pero aunque Pablo fue acusado muchas veces y de muchas cosas, la Biblia no nos dice que fuera acusado alguna vez de profanar el día de reposo.

 

  Quizás algunos señalen como prueba de que los cristianos deberían observar el sábado lo que Jesús dijo en Mateo 24:20. “Sigan orando que su huida no ocurra en tiempo de invierno ni en el día sábado.” Debe tenerse presente que Jesús estaba hablando a seguidores judíos que estaban bien familiarizados con la gran dificultad de tratar de viajar en el día sábado debido a las restricciones que mantenían a los judíos dentro de la distancia de 2,000 codos de sus ciudades ese día.

   Era costumbre de Jesús ilustrar sus enseñanzas mediante cosas con las cuales la gente de su día estaba cabalmente familiarizada. En este caso escogió la gran dificultad que tendría cualquiera de ese tiempo al tratar de viajar mucha distancia en Palestina durante el invierno o en el sábado.  La huida a la seguridad debería hacerse por lo tanto antes que llegara el tiempo cuando fuera poco menos que imposible.  Su consejo fue seguido por los cristianos poco antes de la destrucción de Jerusalén en 70 d. de J.C. No permanecieron en la ciudad hasta que los ejércitos romanos bajo Tito la hubieran rodeado, impidiendo a todos huir, sino que huyeron antes de que fuese demasiado tarde. El que Jesús usara el sábado y el invierno como ilustraciones transmitió enérgicamente a sus oyentes judíos lo que quería decir, pero no prueba que se esperaba de los cristianos que guardasen el sábado en épocas futuras. Ni siquiera se considera aquí la observancia del sábado. En las palabras de Jesús no hay evidencia alguna que pruebe que los cristianos estaban obligados a observar el sábado.

 

            El encargo de Jesús de orar para que la huida no fuera en sábado, sí indica que los cristianos estarían guardando el sábado en ese tiempo; de lo contrario no tendría por qué encargarlo, ya que si sus seguidores podían viajar grandes distancias en sábado, y montar en bestias, ¿qué importaba que los demás judíos no lo hicieran?

 

POSICIÓN CRISTIANA

   Puesto que no hay ninguna evidencia en las Escrituras de que se les haya mandado a los cristianos que observaran un sábado ni de que éste fuera guardado durante la vida de los apóstoles después del Pentecostés, ¿qué punto de vista debería adoptar el cristiano? Bíblicamente puede adoptar el punto de vista de que la observancia del sábado no es un requisito cristiano. Esto se hace patente por la declaración de Pablo en Colosenses 2:16, 17: “Que ningún hombre los juzgue en comida o en bebida o con respecto a un día de fiesta o una observancia de la nueva luna o de un sábado, porque esas cosas son una sombra de las cosas por venir, pero la realidad pertenece al Cristo.”

   El pacto de la ley con su observancia de novilunios o nuevas lunas y sábados, incluyendo el sábado del séptimo día, era como una sombra que conducía hasta Cristo y terminaba en él. Así como no se extendió dentro de la era cristiana para obligar a los cristianos a guardarlo, de igual modo la observancia del sábado no se extendió dentro de la era cristiana. Es por eso que la junta administrativa en Jerusalén no menciona la observancia del sábado como requisito para cristianos no judíos, aunque menciona varias otras cosas. El registro de esto se halla en Hechos 15:19, 20. Ni aquí ni en instrucciones posteriores se hizo mención alguna de la observancia del sábado, mención que ciertamente se hubiese hecho si fuera vital para la aprobación de Dios.

 

          Había en las leyes del Viejo Pacto otros sábados, además del séptimo día. Eran días de fiesta en que se reposaba también, aunque cayeran otro día de la semana.

 

   “Y habló Jehováh a Moisés diciendo: Habla a los hijos de Israel, y diles: En el mes séptimo, al primero del mes tendréis sábado, una conmemoración al son de trompetas, y una santa convocación. Ninguna obra servil haréis.

   “Empero a los diez de este mes séptimo será el día de las expiaciones: tendréis santa convocación... Ninguna obra haréis en este día, porque es día de expiaciones... sábado de reposo será a vosotros, y afligiréis vuestras almas, comenzando a los nueve del mes en la tarde: de tarde a tarde holgaréis vuestro sábado.

  “ Empero a los quince días del mes séptimo, cuando hubiereis allegado el fruto de la tierra, haréis fiesta a Jehováh por siete días: el primer día será sábado; sábado será también el octavo día.” Lev.23:23-39.

 

                Como podemos notar, el día primero, el diez y el quince del mes séptimo eran llamados sábados, en los que se reposaba obligatoriamente; así que, además de sus sábados regulares, ese mes tenía tres sábados más. Al igual que en estas festividades de otoño, en las fiestas solemnes de primavera también había varios sábados adicionales que podían coincidir o no con el sábado del séptimo día. Esos otros sábados, al igual que las demás fiestas, y además de las comidas y las bebidas (libaciones) que acompañaban a los sacrificios de animales, sí eran sombras que prefiguraban el sacrificio de Cristo, y terminaron con Él.

 

   “Por tanto, nadie os juzgue en comida, o en bebida, o en parte de día de fiesta, o de nueva luna, o de sábados: Lo cual es sombra de lo por venir; mas el cuerpo es de Cristo.” Col.2:16-17.

 

            En cambio, el sábado del séptimo día no prefiguraba a Cristo, sino al reposo celestial; y como las cosas que prefiguraban a Cristo permanecieron hasta el sacrificio de Cristo, lo que prefigura al descanso celestial permanecerá hasta que el descanso celestial llegue.

            Cuando en la asamblea de Jerusalem se recomendó recalcar a los gentiles sobre algunas cosas, sin mencionar el sábado, fue porque ya ellos tenían conocimiento de la ley.

 

  “Porque Moisés desde los tiempos antiguos tiene en cada ciudad [incluyendo las de los gentiles] quien le predique en las sinagogas, donde es leído cada sábado.” Hech.15:21.

 

            En cambio la fornicación y el comer carne de animales ahogados, no bien desangrados, o sacrificados a los ídolos, estaba tan arraigado en las tradiciones gentiles, que era necesario hacer especial énfasis en que ellos no las introdujeran al cristianismo una vez convertidos. Si en aquella asamblea no se hizo mención del sábado, fue por lo mismo que no se mencionaron ninguno de los otros nueve mandamientos, ni otras muchas cosas que los cristianos debemos tener en cuenta.

 

 

   El apóstol Pablo dijo: “No me he retraído de decirles todo el consejo de Dios.” (Hech. 20:27) A pesar de todo el consejo e instrucciones que él dio a la congregación cristiana, no dijo nada acerca de la observancia del sábado como requisito para los cristianos. En sus cartas a Timoteo y a Tito él detalla cosas que se requieren de personas nombradas a puestos de superintendencia en la congregación cristiana, pero no hace referencia alguna a la observancia del sábado. Puesto que él dijo «todo el consejo de Dios» para los cristianos pero no mencionó la observancia del sábado, tenemos que concluir que Dios no la requiere de los cristianos. -1 Tim. 3:2-7; Tito 1:7-9.

 

            En el Nuevo Testamento no aparece por escrito «todo el consejo de Dios» que verbalmente Pablo dio a los efesios. En sus cartas a Timoteo y a Tito Pablo señaló solamente algunos requisitos especiales para obispos y diáconos, pero no todos los requisitos que debe reunir cada cristiano. A ellos no había necesidad de recordarles el sábado.

 

   Los seguidores judaicos de Jesús cesaron de la observancia de día y sazones después del Pentecostés. También lo hicieron los gentiles que dejaron atrás religiones paganas cuando se hicieron cristianos. Adoraron y sirvieron a Dios todos los días, no sólo un día de la semana. El que ellos observaran un día de la semana como sábado sería volverse atrás a las cosas elementales y hacerse esclavos a ellas, como señala Pablo en Gálatas 4:9, 10 y 5:1.

 

            Ya está dicho que no es cierto que después del Pentecostés la observancia del sábado haya cesado entre los seguidores de Jesús. Aunque los cristianos verdaderos adoramos a Dios todos los días de la semana, esa adoración se rinde en una forma especial en el día que Dios bendijo y santificó, libres de los trabajos y preocupaciones de la rutina semanal.

            La interpretación de Gál.4:9-10 es similar a la de Col.2:16-17 pues en ninguno de los dos lugares Pablo se estaba refiriendo a la observancia del séptimo día de la semana, sino a las fechas conmemorativas de los judíos y/o los gentiles, ya que los gentiles también ofrecían a sus dioses sacrificios de animales y celebraban diversas ceremonias religiosas con el propósito de alcanzar purificación. 

            En cambio, el séptimo día fue bendecido y santificado antes de que entrara el pecado en el género humano, por tanto, su papel no es, ni nunca ha sido, el de justificar (quitar la culpa) al pecador, así que no es, ni era, una sombra del sacrificio de Cristo.

            Los que admitimos que el Señor Jesús es Dios, y que Él es el creador de todas las cosas (Jn.1:3 y Col.1:16), estamos en el deber de admitir también que Él es el mismo Dios que bendijo y santificó al séptimo día de la creación, y que fue Él quien, con su propio dedo, escribió en tablas de piedra la recordatoria de lo que ya había establecido desde el principio del mundo. Por eso Él pudo decir:

 

   “El Hijo del hombre es Señor aun del sábado.” Mar.2:28.

 

                                                Sí, Jesucristo es EL SEÑOR DEL SÁBADO; luego entonces, EL SÁBADO ES EL DÍA DEL SEÑOR, no cualquier día, ni siquiera el domingo, cuyo nombre en idioma inglés (Sunday) es más apropiado que en español, pues significa día del sol.*

* Sol, en idioma  inglés  es  Sun, y día  es day, así que  Sunday es día del sol
 

 

     La observancia sabática semanal pertenecía a la nación de Israel y es cosa del pasado.

 

 

            Ya está señalado en Mar.2:27 que el sábado fue hecho para EL HOMBRE en general, y no para hombres judíos o israelitas en particular. Es para todo el género humano y no sólo para una nación.

 

 

   Los cristianos no viven en lo pasado sino para el futuro cuando el reinado de Cristo de mil años, que fue prefigurado por el sábado, traerá descanso y paz al género humano obediente. En vez de observar un sábado semanal, ellos esperan con ansias este gran descanso sabático bajo el «Señor del sábado.» -Mat. 12:8.

 

            Precisamente, como el sábado prefigura el descanso que el reino de Cristo traerá al humano obediente, debemos ser obedientes, aceptando el símbolo para poder entrar en el verdadero reposo celestial.

 

   “Porque en un cierto lugar dijo así del séptimo día: Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día.    Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios. Porque el que ha entrado en su reposo, también él ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas. Procuremos pues de entrar en aquel reposo; que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia.” Heb.4:4, 9, 10 y 11.

 

            Bajo el nuevo pacto no estamos obligados a observar el sábado conforme a los extremos absurdos de las tradiciones farisaicas, ni siquiera conforme a las cargas adicionales que echaron sobre ese día las leyes rituales que fueron dadas por mediación de Moisés. Para nosotros el sábado, lejos de ser una carga pesada (como algunos suponen), es un día de descanso, de sano regocijo, como dijo Isaías, el príncipe de los profetas.

 

   “Si retrajeres del sábado tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y al sábado llamares delicias, santo, glorioso de Jehováh; y lo venerares, no haciendo tus caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus palabras: entonces te deleitarás en Jehováh...” Isa.58:13-14.

 

            En lo que sí acierta el autor del artículo que refuto es en decir que la historia revela como las antiguas religiones paganas coincidían en la observancia del día primero de la semana (domingo), costumbre que fue introducida en la iglesia varios siglos después de la vida de los primeros apóstoles.

            Varias autoridades de la Iglesia Católica han admitido que la observancia dominical no tiene fundamento bíblico alguno, sino que es señal de la (según ellos) legítima  autoridad que reside en el papado para atar y desatar en la tierra con el respaldo del cielo. Otras religiones han seguido la tradición católica de violar o profanar el verdadero día santificado con el propósito de santificar el domingo, pero como muchas de esas religiones no quieren reconocer la autoridad papal, tratan entonces, en vano, de justificar con las Escrituras tal extravío.

            Todos los días de la semana son buenos, pero Dios no bendijo ni santificó al día primero, ni al segundo, ni a otro alguno, sino sólo al séptimo día. Entonces, ¿en qué situación se colocan los que se atreven a profanar el día que Dios bendijo y santificó? ¿Y qué de los que se atreven a santificar un día que Dios nunca ha santificado?

            En este breve artículo no se ha pretendido decir todo lo que se puede decir en favor del reconocimiento del sábado como día de reposo aún vigente; aquí sólo se ha procurado refutar lo que es refutable en el artículo titulado: ¿Es para Cristianos la Observancia del Sábado? Ahora el lector está en libertad de contestar la pregunta.

 

Ev. B. Luis , 1966

 

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APÉNDICE

 

LOS CATÓLICOS SE JACTAN DE HABER SIDO ELLOS MISMOS

QUIENES HICIERON EL CAMBIO DEL SÁBADO AL DOMINGO.

 

“La Iglesia Católica, más de mil años antes de la existencia de un solo protestante, en virtud de su misión divina, cambió el día del sábado al domingo.”

-Catholic Mirror, septiembre de 1803.

 

“Por supuesto, la Iglesia Católica pretende que el cambio fue hecho por ella. Y ese acto es una marca de su poder y autoridad eclesiásticos en los asuntos religiosos.”

-C. F. Thomas, Canciller del Cardenal Gibbons.

 

“La observancia del domingo por los protestantes es un homenaje que tributan, muy a pesar suyo, a la autoridad de la Iglesia Católica.’’

-Plain Talk for Protestants, pág. 213.

 

“Si no tuviera tal poder, no podría haber hecho aquello en que concuerdan todos los modernos eruditos en religión; no podría haber reemplazado la observancia del sábado, séptimo de la semana, por la observancia del domingo, primer día de la semana, un cambio para el cual no existe autoridad bíblica.”

-Esteban Keenan, Doctrinal Catechism, pág. 174.

 

“Observamos el domingo en lugar del sábado porque la Iglesia Católica en el Concilio de Laodicea (364 de J.C.) transfirió la observancia del sábado al domingo.”

-Pedro Geirmanm, The Converts Catechism*, pág. 50.

* Este catecismo recibió la bendición papal el 25 de enero de 1910.

 

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HOJITA POPULAR CATÓLICA No. 10

Con las licencias necesarias

REGLA DE FE

La sola Escritura es tan incompleta regla de fe que los mismos protestantes se ven obligados a admitir doctrinas, preceptos y ritos cristianos que no están en la Biblia. He aquí algunos ejemplos:

Muchos protestantes admiten la obligación de bautizar los párvulos, y que el bautismo por aspersión es válido, mas esto no consta con certeza se encuentre en la Biblia.

Además admiten la distinción entre artículos de fe fundamentales y no fundamentales, y sin embargo no pueden probar esto por la sola Biblia.

Los protestantes guardan el domingo y no el sábado. Ahora bien, eso es contrario a la Biblia, pues en el Antiguo Testamento consta que hay que santificar el sábado, y por el Nuevo Testamento sabemos que los apóstoles guardaban fielmente el sábado, mas en ninguna parte de la Biblia leemos que haya sido abrogado ese precepto; luego los protestantes se ven obligados a guardar el sábado o a reconocer la autoridad de la Iglesia Católica que trasladó la guarda del sábado al domingo.

Luego admiten dogmas, preceptos y ritos que no están en la Biblia; la Biblia sola, por consiguiente, no es regla de fe completa.-

San Salvador, 15 de agosto de 1922.

 

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ALGUNOS PROTESTANTES ADMITEN LA VERDAD

La Iglesia Luterana

“No existe un mandamiento en la Biblia que ordene observar el domingo como día de descanso... ¿Por qué se guarda el domingo?... El séptimo día no es el primero... Si me decís: ‘Lo provisto para el sábado fue transferido al domingo’, entonces os desafío a mostrarme un solo pasaje, una sola palabra de la Biblia que lo pruebe.”

-Rev. H. Bielemberg.

 

La Iglesia Presbiteriana

“...El que el día haya sido cambiado del séptimo al primero de la semana por alguna autoridad competente, no ha sido probado ni puede serlo... No existe ni la más mínima evidencia de que Nuestro Señor o sus discípulos respetaran o enseñaran a otros a respetar el primer día de la semana. ¡Cambio de día! ¿Cómo puede alguien suponer que los apóstoles habrían tomado sobre sí la responsabilidad de hacer el cambio?”

-Rev. Fraser.

 

Congregacionalistas

“Es completamente claro que, por rígida o devotamente que pasemos el domingo, no estamos observando el sábado.”

-Dr. R. W. Dale, en Ten Commandments, pág. 106

 

La Iglesia Metodista

“Sábado, en el lenguaje hebreo, significa descanso, y es el séptimo día de la semana... y debe confesarse que no existe ley en el Nuevo Testamento concerniente al primer día.”

-Diccionario Teológico de Buck.

 

 

La Iglesia Bautista

“Ha existido y existe un mandamiento que ordena guardar el sábado, pero el sábado no era el domingo. Se dirá, sin embargo, y con cierto aire de triunfo, que el sábado fue transferido del séptimo al primer día de la semana... ¿Dónde puede hallarse registrada esa transferencia? No en el Nuevo Testamento, absolutamente no... Por supuesto, bien sé que el domingo comenzó a observarse durante la historia cristiana primitiva... Pero es lamentable que haya venido rotulado con la marca del paganismo, y bautizado con el nombre del dios sol, cuando fue aceptado y sancionado por la apostasía papal, y transmitido como un sagrado legado al protestantismo.”

-Dr. E. T. Hiscox, autor del Baptist Manual.